Nuestro cuerpo puede darnos la solución, y aportar algo que no
habíamos tomado en cuenta sobre nuestra experiencia, un problema, o la toma de
decisiones. Sucede que generalmente hemos pensado una y otra vez sobre eso que
queremos cambiar, pero no logramos el cambio, seguimos en el mismo punto. Así
que la propuesta es sencilla, incorporar el cuerpo en la solución.
A medida
que vas adquiriendo práctica ya no necesitas pensar en ellos, de esta forma no
se hará tan mecánico el procedimiento.
A medida que vayas
aprendiendo podrás ir acercándote de maneras más abiertas o creativas...
Si encuentras alguna de las instrucciones difícil o no la entiendes, no
importa continúa con la siguiente de una manera gentil y amable. Siempre podrás
volver atrás.
1) Crear un espacio
Permítete sentarte de manera cómoda, apoyar los pies en piso, colocar las
manos en los muslos, soltar en la medida de los posibles cualquier tensión que
percibas, y buscar un apoyo sólido con el respaldo de la silla. Observa la
expresión de tu cara (sin ver un espejo) simplemente siente tu expresión y
permítete soltarla un poco: dejar quela lengua se relaje, la boca se baje un
poco, la frente se suelte, imagina que la garganta se afloja, Permítete ampliar
un poco tu respiración sin forzarla, unas 10 respiraciones al menos. Suelta tu
respiración y déjala estar a su propio ritmo. Ahora vamos a crear un espacio
para nosotros mismos, vamos a simplemente reconocer lo que sucede en nuestra
experiencia actual, y simplemente vamos a enumerar, percibir y reconocer todos
los elementos: alguna preocupación, alguna tensión, alguna incomodidad aquí y
allá, todo eso que te impide estar bien, y centrado. Simplemente reconócelas, ubícalas
en tu cuerpo, y no te metas en ellas, simplemente pasa al siguiente aspecto de
tu experiencia, y quizás puedas ver si hay algo más que te impida sentirte
plenamente feliz?. Deja que tu cuerpo responda, y simplemente reconoce y
percibe eso que surge. Es como realizar un inventario, que lo que sucede
contigo aquí y ahora, y crear un espacio, una distancia adecuada entre lo que
te sucede y tu.
2) Percibir la sensación
De estas cosas (problemas, preocupaciones, sensaciones, cosas pendientes)
que descubriste dentro de ti, quizás algunas conocidas otras no tanto, te llamo
la atención alguna de ellas, una que quieras explorar. Si te cuesta decidirte
por una, simplemente escoge una, luego podrás volver a las otras si lo deseas
con los mismos pasos. Cuando piensas en esa situación (sin adentrarte de cabeza
a ella, simplemente llevando tu atención a ella) observa que sensación poco
definida, vaga, y global surge en el centro de tu cuerpo (pecho, abdomen,
garganta, pelvis,..), y permítete quedarte con esa sensación vaga, sintiendo su
cualidad. Ir sintiendo la totalidad del problema en el interior de tu cuerpo.
3) Encontrar un asidero
Después que hallas pasado uno o dos minutos con la sensación, dándole
permiso de estar en tu cuerpo, sin juicio, quizás aceptando su existencia,
quizás puedas dar un paso en la dirección de tu experiencia, observa que
cualidad específica tiene esa sensación vaga, como es? a que se parece? si
tuviese un sonido como sería? un color? un movimiento? (escoge la vía para
expresar y describir la cualidad de la sensación que se te haga más fácil).
Deja que una palabra o una frase surjan de la sensación que percibes. (Podría
ser: opresivo, liviano, duro, encerrado, vacío, temeroso, estancado, inmóvil, o
una imagen, un sonido, o un movimiento). Pasa un tiempo (un minuto al menos),
como quien se sienta con un amigo, o un niño, a escucharlo, sin juicio, de manera
amorosa, y atenta.
4) Chequear
Cuando hallas conseguido algo que describa tu sensación global, una palabra
o imagen, vuelve a la sensación, presta atención a ella, y chequea es realmente
así como se siente? y observa cómo responde la sensación a tu pregunta. Quizás
descubras que es exactamente así, o que no se parece tanto a eso, sino más bien
a....y consigas algo que lo describa con más exactitud. Y vuelve chequear si tu
descripción o expresión (palabra, imagen sonido, movimiento) le hace justicia a
tu sensación del problema o asunto.
5) Preguntar
Pregúntale directamente a la sensación sentida (deja pasar los pensamientos
rápidos que intentan responder racionalmente)
¿Que en mi vida se siente como esto? ¿Qué podría necesitar esto que siento o en
mi vida? ¿Si esto hablara que me diría? ¿Qué necesito para sentirme mejor? ¿Qué
es lo peor de todo esto? (escoge la pregunta que mejor se ajusta a tu
experiencia)
Quédate con la sensación sentida el tiempo que sea necesario hasta que algo
traiga un "cambio" en la sensación. Este cambio es lo que trae alivio
a la situación.
6) Recibir
Permítete recibir y estar de acuerdo con la experiencia que surja sea cual
sea, de manera amigable, quédate haciéndole compañía, y deja que ella te
acompañe el tiempo que requieras. Quizás surgió un pequeño cambio en tu experiencia,
luego vendrán otros si lo permites. Si deseas puedes retomar los pasos en el
lugar que quedaste, o puedes quedarte recibiendo eso que surgió