Hay algo que a veces olvidamos en el camino de la vida: la promesa de ser fieles a nosotros mismos. Cuando éramos niños, sabíamos que una promesa era algo sagrado; cumplirla era un acto de integridad. Pero con el tiempo, en nombre del amor, de la compañía o por miedo a estar solos, empezamos a romper ese pacto interno. Nos quedamos en relaciones que no nos nutren, dejamos de ser coherentes entre lo que decimos y hacemos, y en algún punto, nos perdemos. Hoy quiero recordarte que puedes volver a ti, cumplir esa promesa contigo misma, amarte como siempre has querido que te amen. Porque la relación más importante, la que nunca debes abandonar, es la que tienes contigo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por los comentarios , abrazo hondo