Descubre que es el ego y como identificarlo
Decidí escoger especialmente éste tema, porque creo que es una de las grandes bases de la transformación y del crecimiento personal. Durante toda mi vida, siempre sentí un profundo sentimiento de insatisfacción y de soledad que me acompaño hasta que decidí profundizar en mí y en por que no terminaba nunca de ser feliz.
Estaba convencida que por alguna razón, los demás
no deseaban mi compañía o que el otro no cubría todas mis necesidades. Siempre
tuve problemas de autoestima, me desanimaba con facilidad y me deprimía mucho
no entender porque pese a que era consciente que tenía todas las cosas
necesarias para ser feliz: un cuerpo sano, dinero, casa, una pareja ideal,
coche, un gato ( que siempre quise tener uno), me podía comprar lo que quería,
vivir plenamente haciendo lo que me apeteciera formando una vida independiente
y disfrutando de todo eso con mi pareja... lo que podría decirse una vida con
libertad y amor. Y pese a todo eso, donde no solía mirar todos los días, me
encontraba triste, deprimida, porque aun sentía que me faltaba algo. Y aunque
investigaba dentro de lo que conocía, nunca llegue a saberlo... en ese momento
y como necesitaba un culpable, le toco al que tenia mas cerca, y eche sobre mi
pareja toda mi frustración, sin embargo, vivíamos una relación muy dependiente,
con lo cual todo reclamo que yo le hacía el procuraba cumplirlo. Cuestión que
me frustraba aún más, porque pese a que cumplía mis exigencias, yo seguía
sintiéndome insatisfecha. Es por ello, que sin ninguna razón demasiado sólida
decidí cortar la relación, pero como no sabía como hacerlo, use a una tercera
persona de trampolín, pensando que esa tercera tendría todo lo que yo anhelaba
y encontraría al fin la felicidad.
Nada más alejado de la realidad, pues
independientemente de la persona, no me permití vivir un duelo de una relación
que duro mas de 6 años si no que además, quise acoplarme a la vida y a la forma
de otra persona, con los mismos esquemas que creí “universales” en cuestión de
pareja. Y me encontré con un muro. Estos dos eventos importantes que se
dilataron casi un año, me hizo verme en una situación emocional que se volvió
incontrolable durante bastante tiempo, no solo no me reconocí si no que además
todas mis creencias del mundo fueron cuestionadas.
Después de eso, no me quedó duda en saber que
había algo más de lo que conocía y me empecé a plantear muy seriamente
investigarlo y profundizar en ello. Es por ello que el tema del ego me parece
sumamente acertado, pues cuando éste se derrumba por alguna gran caída que
suframos en nuestra vida, si no sabemos identificarlo y manejarlo, puede
sumirnos en un estado de sufrimiento de gran duración. Creo que es una parte
importante en la autogestión de nuestros cambios internos porque es la base de
donde radica todo nuestro sufrimiento.
¿Qué es el ego?
La pequeña palabra "ego" ha tenido varios
significados. Para la psicología, la instancia psíquica a través de la cual el individuo se reconoce como yo y es consciente de su propia
identidad. El ego, por lo tanto, es el punto de referencia de los fenómenos
físicos y media entre la realidad del mundo exterior, los ideales del superyó y
los instintos del ello.
Para el psicoanálisis freudiano el ello está compuesto por los deseos y los impulsos. El superyó (superego), en
cambio, está formado por la moral y las reglas que un sujeto respeta en la sociedad. El yo (ego), por último, es el equilibrio que permite que el hombre pueda satisfacer sus necesidades dentro de los parámetros
sociales.
La definición académica sitúa a la persona con
"problema de ego" como jactanciosa, egoísta, desdeñosa, vanidosa y,
por lo general, desagradable, o también, la persona dedicada al odio, la
malicia y la destrucción. También se ha considerado al ego como algo que está
dentro de nosotros, controlando nuestra vida cotidiana, presionándonos para que
mostremos una "buena imagen". Atención: Se puede ser altruista y
bondadoso para mostrarse ante los demás... y eso también es ego. En términos
más sencillos el ego no es si no la idea que cada uno tiene de sí mismo. Es
decir, que el ego no constituye mas que una idea, una ilusión, pero una ilusión
que ejerce gran influencia.
Todo comienza desde que somos niños en el seno
familiar en la figura de la madre y el padre que son los que crean nuestro
mundo. Y cuanto más crecemos, más complejo se vuelve el ego, porque las
opiniones de muchos más son reflejadas, alejándonos cada vez más de nuestro
verdadero yo. Así nace lo que Edgar Tolle se refiere como el “yo falso” que es
el que hemos construido con el tiempo en base al ego. Hasta aquí no habría
ningún problema pues esta construcción es la que nos ha ayudado a
desenvolvernos y relacionarnos con el mundo. Sin embargo, el ego basa nuestro
bienestar y malestar en cuestiones ajenas a nosotros y por lo tanto en algo que
no podemos controlar. Y es en este esquema donde se produce la base de todo el
sufrimiento que nos rodea, pues nos creemos libres, cuando en el fondo nuestro
bienestar depende de los demás. Es en este momento, donde le echamos la culpa
al mundo de nuestro sufrimiento y vivimos constantemente creyéndonos víctimas
de nuestra mala suerte o nuestro destino, cayendo así en un círculo vicioso del
que nos sentimos atrapados y de difícil solución.
En esencia, el ego o idea de uno mismo,
supone una forma distorsionada de afirmar y vivir la existencia. A esta
máscara social (el ego) le gusta la aprobación, quiere controlar situaciones y
personas, y se apoya en el poder porque vive en el temor.
Es en base a todo lo comentado, que a través del
ego buscamos desesperadamente en el exterior nuestra felicidad. Es por ello,
que nos cuestionamos, que es lo que nos hace falta para poder ser felices,
proyectándonos de ésta manera en un futuro que solo existe en nuestra
imaginación con ese objeto, sensación, circunstancia etc. que no tenemos en el
ahora. Y así constantemente, impidiéndonos alcanzar finalmente nuestra
felicidad plena.
Las estrategias del ego
Diferentes personalidades
El ego se caracteriza porque en su estructura esta
formado por múltiples personalidades o personajes que de forma inconsciente
nuestro ego escoge como buenamente a ido aprendiendo de su entorno y conforme a
lo que le han enseñado para resolver un conflicto emocional, un comportamiento,
un miedo, una sensación o un pensamiento. De ésta manera, dentro de nosotros en
una situación concreta somos poseídos por un personaje que interpreta su papel.
Ya sea nuestro “yo salvador”, “yo valiente”, “yo tímido”...
Y aunque todos tenemos formas parecidas de
sub-personalidades, la diferencia es que en la misma circunstancia no todos
aplicamos o utilizamos la misma. Eso es lo que diferencia a una persona de otra
ante un mismo evento. Nada más y nada menos que el sub-carácter del ego que
toma control del mismo y reacciona de una u otra forma según sus cálculos de
probabilidades, expectativas y confianza en su misión última. Todas esas
vocecitas internas y diferentes que tomamos en nuestra cabeza son los
denominados “arquetipos del ego”, según explica Jung en su trabajo en el
desarrollo de los arquetipos de la humanidad.
Somos muchas personalidades a la vez y tenemos
muchas máscaras. El hecho de saber reconocerlas cuando están usurpando a nuestra
verdadera personalidad es lo que nos permite desenmascararnos y poner a nuestro
ego donde le corresponde, es decir, a nuestro servicio. Nuestro ego es realmente
una voz en nuestra cabeza que toma mil caras distintas, pero no nos representa.
No confundirlo y aprender a reconocerlo es el descubrimiento de toda una
fachada que se cae de repente y que te muestra las cosas desde otra
perspectiva, más sana y amorosa.
Auto-alimentación del ego
Nuestro ego necesita una fuente de energía para sobrevivir por sí mismo y realizar su función que es hacer que el ser humano “sobreviva”. El ego tiene que manejar las emociones y sentimientos hasta tal punto, que muchas veces prefiere protegernos de ellas y no lidiar con la carga energética que suponen. Además, también se alimenta de nuestros pensamientos generados en nuestra mente en según que situaciones. Por ejemplo en una situación de sentimiento de injusticia, tu ego se podría alimentar en la recreación en una posible venganza hacia esa persona que te hizo algún mal. Así el ego genera éste tipo de pensamientos para poder alimentarse, porque una de sus partes se ha sentido herida cuando te han echado la bronca y debe sacar su lado vengativo. Sabe que no harás de verdad eso que le gustaría que hicieras, así que te pone toda la situación en tu pantalla mental y la reproduce una y otra vez. Cada subpersonalidad se alimenta de ciertas emociones y puesto que la mente no distinga de algo real que ha sucedido o imaginado que ha sido visualizado, la emoción y la energía generada es la misma. Tu parte cobarde se alimenta imaginando como te defiendes y ganas una pelea, tu parte víctima se imagina humillando a personas con las cuales se sintió inferior etc...
Estas proyecciones mentales tienen tanto poder que
alimentan más y más esas personalidades nuestras y, en vez de hacerlas
desaparecer, consiguen que tengan cada vez más fuerza. Por eso, cuando te des
cuenta tú mismo que estás imaginando situaciones de este tipo, representaciones
teatrales en las cuales eres el protagonista tienes al ego generando energía
para sí mismo. El ego no tiene porque jugar ninguno de éstos papeles (
“vengador”, “salvador”, “víctima”) el ego debe ejecutar nuestro rol social a
partir de las instrucciones de nuestro yo interior, que siempre nos guiará con
sabiduría si aprendemos a escucharle.
Trascender al Ego
Citando a Tolle cuando habla sobre el ego, explica
que nos solemos mover principalmente en dos tiempos: pasado y futuro, siendo el
presente un simple puente de enlace en estos dos. Ambos son espacios que solo
están en nuestra mente, no son reales, por lo tanto no son controlables. Aunque
de lo que si podemos estar seguros es en el Ahora o momento presente. Esto al
ego le incomoda muchísimo, porque normalmente no esta satisfecho con su
situación actual, lo podemos identificar fácilmente cuando nos sorprendamos
moviéndonos: en la queja, el victimismo, el juicio etc.
Así pues la forma más efectiva de trascender al
ego es siendo conscientes de nuestro ahora, dejando a un lado las proyecciones
pasadas y futuras. De este modo, posicionamos al ego en una situación de
incómoda ( pero necesaria) aceptación de nuestro momento actual, porque lo que
es ahora, es lo que es y no es modificable. Sin embargo y llegados a este maravilloso
punto, la buena noticia es que el exterior no se puede cambiar, pero si podemos
cambiar como nos afecte a nosotros y el primer paso para conseguir la
transformación interior es practicar la desidentificación del ego, esto nos
sitúa en un cambio de paradigma que nos obliga a experimentar y a crear
experiencias reales. El ego en su “buen hacer”, intenta protegernos de las
experiencias todo lo posible, nos aleja de los “peligros” que otros dicen haber
experimentado, creando de forma inconsciente una jaula que nos protege de
supuestas posibilidades “negativas” encerrándonos en una burbuja de protección
que nos aleja de nuestro principio
básico que es la creación de experiencias, o dicho de otra forma vivir la vida.
Cabe destacar con todo esto que no quiero decir, que lo eliminemos o lo
ataquemos, al contrario, al desidentificarnos de nuestro ego, es cuando
conseguimos que no nos domine para poder emplearlo a nuestro favor y conseguir
de éste modo, la felicidad plena en cada instante en el único espacio tiempo en
el que nos situamos: el presente.
¿Cómo nos desidentificamos del ego?
Ser
presencia
En
primera instancia y como comentaba anteriormente, el
primer elemento es el impulso de querer trascender a nuestro ego. Esto
es importante porque el ego, encontrará mil argucias para seguir
teniendo poder en nosotros y una
de ellas y la más común es el escepticismo, el miedo... a la entrada de
un modo de hacer
diferente, es decir, moverse por medio del Ser.
El
Ser no cuestiona, analiza ni juzga, solo es presencia y
observa, tanto los movimientos externos como los internos. Empieza a
mirar más detenidamente que es lo que ocurre en nuestro interior,
como reaccionamos en diferentes ocasiones, de donde vienen nuestros
pensamientos hasta encontrar el pensamiento iniciador y se mueve por
impulsos e
intuiciones. Es decir, el Ser tiene carácter de no forma por ello no es
tangible, ni visible y eso
va en contra de las normas del ego, que necesita control a su alrededor
para
sentirse seguro. Mientras que el Ser procura “des-protegerse” abrirse a
lo desconocido porque entiende perfectamente las
leyes de la vida que son la in-permanencia, el fluir y el Ahora, porque
en el
fondo no hay nada de que protegerse.
Es
un cambio de paradigma y esto el ego no lo puede
entender, es imposible intentar llevar a cabo el camino de la liberación
del ego a través de él, porque él no puede auto-sabotearse, incluso
entenderá que es ¡una locura!¡te vas a volver loco, no sabrás quien
eres!. Trascender al ego significa esto que estamos hablando, ver más
allá de él, dejar que sea el Ser quien nos dicte, porque solo a través
de él podremos construir nuestras verdaderas experiencias y
vivir una vida auténtica.
Un ejercicio práctico que podemos llevar a cabo para ayudarnos a vivir el
presente es prestando atención a los movimientos rutinarios que hacemos normalmente de
forma automática, como por ejemplo, atender nuestra respiración, estar atentos en el momento en el que entra y sale de
nuestra nariz, la sensación que se produce cuando inspiramos y expiramos y recrearnos
en esto; prestar atención a nuestro alrededor observarlo como si nunca lo hubiésemos
visto; atender cuando subimos las escaleras; Escuchar el cantar de los
pájaros Todo ello nos genera una sensación de presencia silenciosa y nos distinguimos en un estado de
paz interior.
Evitar
alimentar al ego
Cuando
escuchamos a un pensamiento, nosotros somos
conscientes de él y además somos conscientes de ser testigos de él. Esto
es lo que se denomina una nueva dimensión de conciencia. Mientras
escuchamos al pensamiento somos
capaces de sentir una presencia consciente, denominado “yo profundo” o
“Ser”, que se localiza más allá del pensamiento. El ego entonces pierde
su poder sobre
nosotros y se calma al no recibir la energía que producimos al
identificarnos con él. Este sería el principio del fin del pensamiento
compulsivo e
involuntario.
Cuando
ocurre esto, se experimenta una discontinuidad en la corriente
mental, o como explica Tolle: “una brecha de “no mente”. Cuando
comenzamos este proceso del “darse cuenta” vislumbramos pequeñas
rupturas en la continuidad del fluir mental,
experimentando una sensación de paz y quietud. Comenzamos pues, a
encontrarnos en
nuestro estado de percepción y en sintonía con nuestro “Ser”, estamos
más despiertos y nos damos cuenta de lo que ocurre a nuestro
alrededor porque no hay ninguna niebla de pensamientos que lo obstruya.
Es por
ello, que podemos estar más alerta y más despierto porque vivimos
completamente en el presente y
empezamos a manejarnos y trabajar en él.
Observar
nuestras emociones
A
través de nuestras emociones podemos conocer también a nuestra mente,
pues nuestro cuerpo nos dará un reflejo verdadero. Si hay un conflicto
aparente entre
ellos, la cabeza me dice que si, pero mi corazón me dice que no... será
la emoción la que diga la verdad. Ojo, no la verdad última de quienes
somos pero si la verdad relativa de su
estado mental en ese momento. El conflicto entre los pensamientos
superficiales
y los procesos mentales inconscientes son muy comunes. El inconsciente
no lo
podremos conocer como tal a través de la mente pero si a través de
nuestro cuerpo por medio
de las emociones. Por eso, escuchar nuestras emociones, escuchar
nuestros
movimientos emocionales, nos acerca a conocer a nuestro “yo falso”.
Una
práctica interesante para poder estar más atentos a nuestras emociones
es que cuando seamos
conscientes de una emoción preguntarnos a nosotros mismos ¿Qué estoy
sintiendo en éste momento? Y es la practica de observarlas lo que las
hace
salir a la luz.
Este proceso no es fácil, porque normalmente si no estamos
siendo presencia, es probable que la emoción se apodere de nosotros y tomen el
control nuestra mente y nuestra emoción. Experimentando un circulo vicioso en el que la mente
alimenta la emoción y la emoción alimenta la mente, que se mantendrá lo que dure el conflicto. Es por eso que en estos casos de
no presencia una practica sana sería la de acudir a ese momento por medio del recuerdo y
observar con mayor calma que procesos mentales y emocionales se estaban
moviendo en esa situación.
El
tema del ego es muy extenso y hay muchos puntos que
merecen la pena ser tocados, aquí he desarrollado los
que creo más esenciales, aunque hay muchas técnicas y procesos para el
despertar puesto que, dependiendo
de la persona y en su vida personal pueden existir una serie de bloqueos
o
paradigmas muy afincados como ciertos. En cuyo caso, el proceso del
despertar
es una practica comprometida con nosotros mismos y que nos acompañará
toda la vida, puesto que el ego siempre va a estar ahí y no sabemos
realmente que estrategias inconsciente hemos
aplicado para sobrevivir en el mundo y que ahora se apoderan de
nosotros.
Aunque las cosas son más simples de lo que parecen, estar afincados en
un estado mental y
no saber salir de él crea mucho sufrimiento innecesario. El ego se mueve
en dos
emociones todas las demás son sub-categorías de estas pero en resumen
todo parte de una emoción de amor y de miedo. El ego se mueve
principalmente en el
miedo y es así como se alimenta, mientras que el ser se mueve en el
amor. Saber
discernir estas dos y aplicarlas constituye un gran paso hacia nuestra
liberación y es la base de todo nuestro sufrimiento.
Seamos amoroso con nosotros mismos y seremos amorosos con el
mundo.
La proyección es la base
de toda percepción. El mundo
que ves es lo que tú has puesto
en él y nada más. (…) Es el
testimonio de tu estado mental, la imagen exterior de un estado interior. Tal
como una persona piensa, así percibe.
Por lo tanto, no intentes cambiar el mundo; opta por cambiar tu manera de
pensar el mundo. Anónimo
Gema Segundo .Diseñadora e Ilustradora
Gracias por compartir muy interesante, muy practico y por lo tanto muy util.
ResponderEliminarUn buen comienzo en mi semana,en mi mente y en mi corazón.
Gracias a ti. abrazo hondo
ResponderEliminarMuchas gracias por la info me ha servido mucho. :)
ResponderEliminar. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
muchas gracias por esa experiencia y a la vez un analisis sencillo del ego..humildad y sencillez
ResponderEliminargracias por la experiencia y el analisis sencillo del ego. humildad y sencillez
ResponderEliminarMuy interesante! Muchas gracias por compartir tu experiencia de vida. Contarnos que es el ego y como desarrollar nuestra conciencia.
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